Noblecilla Ordinola, Sandra Esther1,a
1. Universidad Nacional de Tumbes, Tumbes, Perú
a. Obstetra.
Correspondencia:
ORCID:
orcid.org/ 0000-0001-5145-5660
CONFLICTOS DE INTERÉS
El autor declara no tener conflictos de intereses que revelar
FINANCIAMIENTO
Autofinanciado
CONTRIBUCIONES DE AUTORÍA
El autor NOSE participo en conceptualización y diseño de la metodología, analizó los datos, redacto el borrador inicial, redactó y revisó la versión final.
RESUMEN
Objetivo: Configurar un modelo funcional
teórico que explique la influencia de la violencia familiar como predictor de
riesgo de embarazo en adolescentes que acuden a un establecimiento de salud del
distrito de La Arena, 2023. Material y Métodos: Estudio de tipo básico,
cuantitativo, transversal y correlacional-causal, con diseño no experimental.
Se aplicaron cuestionarios validados a una muestra de 150 adolescentes entre 12
y 17 años. Se utilizaron análisis estadísticos como regresión logística, correlación
de Spearman y pseudo R². Resultados: El 51,3% de las adolescentes
percibieron globalmente la violencia familiar como baja. En relación con los
factores de riesgo de embarazo, el 51,3% también presentó una valoración baja.
El modelo mostró una capacidad predictiva del 34,4% para la violencia familiar
sobre el riesgo de embarazo. Solo la violencia psicológica y sexual resultaron
estadísticamente significativas (p < 0,01), mientras que la violencia física
y económica no alcanzaron significancia.
Conclusiones: La violencia familiar influye parcialmente en el riesgo de
embarazo adolescente, destacando la violencia psicológica y sexual como
predictores significativos. Se recomienda fortalecer las intervenciones
educativas en zonas rurales, con enfoque en la prevención de la violencia y la
promoción de la salud sexual y reproductiva.
Palabras clave: Violencia familiar; Embarazo en la adolescencia; Factores de riesgo; Adolescente; Salud pública.
ABSTRACT
Objective: To develop a theoretical functional model explaining the influence of family violence as a predictor of pregnancy risk among adolescents attending a health facility in the district of La Arena, 2023. Material and Methods: This is a basic, quantitative, cross-sectional, correlational-causal study with a non-experimental design. Validated questionnaires were administered to a sample of 150 adolescents aged 12 to 17 years. Statistical analyses included logistic regression, Spearman correlation, and pseudo R² testing. Results: 51.3% of adolescents perceived family violence as low overall. Similarly, 51.3% assessed their pregnancy risk as low. The proposed model showed a predictive capacity of 34.4% for family violence influencing pregnancy risk. Only psychological and sexual violence were statistically significant (p < 0.01), while physical and economic violence were not. Conclusions: Family violence partially influences the risk of adolescent pregnancy, with psychological and sexual violence identified as significant predictors. Educational interventions in rural areas are recommended, focusing on preventing violence and promoting sexual and reproductive health.
Keywords: Family violence; Adolescent pregnancy; Risk factors; Adolescent; Public health.
La violencia familiar representa uno de los problemas más complejos y persistentes que afectan la salud y el bienestar de millones de personas en el mundo. Cuando se manifiesta en contextos donde existen vulnerabilidades sociales, económicas y culturales, sus efectos se intensifican, especialmente en las poblaciones más frágiles como las adolescentes. Esta situación adquiere una connotación particularmente preocupante cuando se la vincula con el embarazo en adolescentes, fenómeno que no solo representa un evento biológico, sino también un problema de salud pública que limita las oportunidades de desarrollo y perpetúa ciclos de pobreza y exclusion (1,2).
En las últimas décadas, el embarazo adolescente ha sido objeto de numerosos estudios e intervenciones, debido a su alta prevalencia en regiones de América Latina y el Caribe, incluyendo el Perú. Diversos factores han sido identificados como posibles desencadenantes, entre ellos los determinantes individuales, familiares y sociales. Arnao (1), en un estudio realizado en el Centro Materno Infantil José Gálvez en Lima, identificó que la ausencia de una figura paterna, la baja autoestima, la disfuncionalidad familiar y la falta de comunicación efectiva entre padres e hijos constituyen elementos críticos que predisponen al inicio temprano de la vida sexual y, en consecuencia, al embarazo.
Dentro de esta lógica, la violencia familiar emerge como un predictor significativo. No se trata solo de la presencia física de los padres, sino de la calidad del ambiente emocional, de las interacciones y de las prácticas de crianza. La violencia familiar puede adoptar diversas formas: física, psicológica, sexual y económica, todas con consecuencias negativas para el desarrollo emocional, social y cognitivo de las adolescentes. Baena, Carmona y Rengifo (2) proponen una aproximación funcional al fenómeno violento en la familia, considerando que más allá del acto en sí, es crucial comprender el sentido que adquiere la violencia dentro del sistema familiar y su relación con los patrones culturales, de poder y de comunicación.
En contextos donde la violencia es normalizada, muchas adolescentes internalizan relaciones disfuncionales como parte de su entorno cotidiano. Esto limita su capacidad para identificar situaciones de riesgo y restringe su autonomía para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva. Benítez et al. (3), en un estudio realizado en Paraguay, evidencian que las adolescentes con antecedentes de violencia familiar presentan mayor probabilidad de repetir patrones de embarazo temprano. La precariedad económica, la baja escolaridad y la carencia de una red de apoyo funcional amplifican esta situación, contribuyendo a la perpetuación del ciclo intergeneracional de pobreza (4).
La relación entre violencia familiar y embarazo adolescente también puede entenderse desde el modelo ecológico del desarrollo humano propuesto por Bronfenbrenner (5). Este modelo reconoce que el comportamiento humano está influenciado por distintos niveles de interacción: el microsistema (familia, escuela), el mesosistema (interrelación entre microsistemas), el exosistema (instituciones que afectan indirectamente) y el macrosistema (cultura, valores, normas sociales). En este marco, la violencia familiar se ubica en el microsistema, pero sus efectos repercuten en todos los niveles, condicionando el desarrollo de la adolescente y exponiéndola a decisiones de riesgo, como el inicio precoz de relaciones sexuales sin protección.
Otro aspecto relevante es la dimensión psicológica. La violencia familiar afecta la autoestima, la percepción de valor personal y la capacidad de agencia de las adolescentes. Bernardo (2017), en una investigación realizada en el centro poblado de Huanja-Huaraz, encontró que existe una asociación significativa entre violencia familiar, baja autoestima y mayor vulnerabilidad frente a situaciones de abuso y embarazo precoz. Esta situación se agrava cuando las adolescentes carecen de acceso a servicios de salud mental o cuando los entornos escolares y comunitarios reproducen los mismos patrones de violencia y discriminación.
En este escenario, la sexualidad en la adolescencia se ve marcada por la ausencia de educación integral, la desinformación, los mitos culturales y la falta de acceso a métodos anticonceptivos. Calero (6) destaca que la sexualidad adolescente debe ser comprendida como un proceso complejo, en el que confluyen factores biológicos, psicológicos y socioculturales. En contextos donde prevalece la violencia familiar, la construcción de una sexualidad saludable se ve interrumpida, dando lugar a experiencias de riesgo y embarazos no deseados.
En suma, la violencia familiar no es un fenómeno aislado, sino un factor estructural que se entrelaza con determinantes sociales y culturales que afectan de manera directa la salud reproductiva de las adolescentes. Su abordaje requiere una mirada integral e intersectorial, que incluya no solo la intervención desde los servicios de salud, sino también desde la educación, la justicia y la protección social. La configuración de modelos teóricos funcionales que expliquen esta relación resulta clave para diseñar estrategias de prevención efectivas, culturalmente pertinentes y centradas en los derechos de las adolescentes (6).
La violencia familiar es un problema estructural con profundas repercusiones en la salud física, psicológica y social de quienes la padecen, especialmente en la población adolescente. Diversos estudios señalan que este tipo de violencia no solo genera un entorno de vulnerabilidad, sino que también influye directamente en la toma de decisiones relacionadas con la sexualidad, incrementando el riesgo de embarazos no planificados (5).
En América Latina, el embarazo en adolescentes se ha asociado frecuentemente con situaciones de violencia y desigualdad de género (7). En Perú, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (8), la tasa de embarazo adolescente se incrementó del 1,9% al 2,3% en 2021. En la región Piura, se reportaron 864 adolescentes gestantes en el año 2023, de las cuales 18 eran menores de 15 años, según DIRESA Piura (2023).
Esta realidad evidencia la necesidad de identificar y abordar factores de riesgo psicosociales y familiares. En contextos rurales como el distrito de La Arena, los patrones de violencia familiar podrían estar funcionando como predictores del embarazo en adolescentes, siendo clave su análisis desde una perspectiva salud pública para orientar intervenciones preventivas más eficaces. En este marco, la presente investigación plantea configurar un modelo funcional teórico que permita explicar la influencia de la violencia familiar en el riesgo de embarazo adolescente, con el fin de generar evidencia útil para el diseño de estrategias de intervención en salud sexual y reproductiva en zonas rurales.
Se realizó una investigación de tipo básico, enfoque cuantitativo, diseño no experimental, transversal y de alcance correlacional-causal. El estudio se desarrolló en el establecimiento de salud Río Viejo, ubicado en el distrito de La Arena, Piura, durante el año 2023.
La población estuvo conformada por adolescentes mujeres entre 12 y 17 años de edad. La muestra fue de tipo no probabilística, intencional, conformada por 150 adolescentes que cumplían con los siguientes criterios de inclusión: residir en el distrito de La Arena, no estar embarazadas, haber reportado algún tipo de violencia familiar, y contar con la capacidad física y mental para participar voluntariamente. Se excluyeron aquellas adolescentes embarazadas, sin antecedentes de violencia familiar o que acudieron por atención de tránsito.
Las variables estudiadas fueron: violencia familiar (independiente) y riesgo de
embarazo adolescente (dependiente). Se utilizaron dos cuestionarios
estructurados y validados, uno para cada variable. La confiabilidad de los
instrumentos fue evaluada mediante el coeficiente alfa de Cronbach, con valores
superiores a 0,80.
Para el análisis estadístico se utilizó el software SPSS versión 27 y Microsoft Excel 2016. Se aplicaron procedimientos de análisis por percentiles para clasificación de respuestas, regresión logística para el modelamiento predictivo, y correlación de Spearman para medir la asociación entre variables. La significancia estadística se determinó con un nivel alfa de 0,05.
Los aspectos éticos considerados incluyeron el respeto a la confidencialidad,
la privacidad de las participantes, el principio de no maleficencia, y la
participación libre e informada, con autorización de padres o tutores según
corresponda.
RESULTADOS:
Tabla 1. Nivel de valoración de las formas de violencia familiar según la percepción de las adolescentes que acuden a un establecimiento de salud del Distrito de La Arena, 2023.
Formas de violencia familiar |
Baja n (%) |
Moderada n (%) |
Alta n (%) |
Total n (%) |
Violencia |
77 (51,33%) |
36 (24,00%) |
37 (24,67%) |
150 (100,00%) |
Psicológica |
76 (50,67%) |
38 (25,33%) |
36 (24,00%) |
150 (100,00%) |
Física |
83 (55,33%) |
30 (20,00%) |
37 (24,67%) |
150 (100,00%) |
Sexual |
114 (76,00%) |
6 (4,00%) |
30 (20,00%) |
150 (100,00%) |
Económica |
102 (68,00%) |
19 (12,67%) |
29 (19,33%) |
150 (100,00%) |
Más del 50% de las adolescentes perciben la violencia familiar como baja. Sin embargo, la violencia sexual y psicológica presentan porcentajes preocupantes de percepción alta, lo que evidencia riesgos ocultos que pueden afectar su salud emocional y reproductiva.
Tabla 2. Nivel de valoración hacia los factores de riesgo de embarazo según la percepción de las adolescentes que acuden a un establecimiento de salud del Distrito de La Arena, 2023.
Factores |
Bajo n (%) |
Moderado n (%) |
Alto n (%) |
Total n (%) |
Factores de riesgo |
77 (51,33%) |
38 (25,33%) |
35 (23,33%) |
150 (100,00%) |
Violencia de género |
79 (52,67%) |
38 (25,33%) |
33 (22,00%) |
150 (100,00%) |
Relaciones sexuales |
77 (51,33%) |
48 (32,00%) |
25 (16,67%) |
150 (100,00%) |
Relaciones familiares |
83 (55,33%) |
32 (21,33%) |
35 (23,33%) |
150 (100,00%) |
Estructura familiar |
83 (55,33%) |
33 (22,00%) |
34 (22,67%) |
150 (100,00%) |
Aunque el riesgo de embarazo es percibido
como bajo por la mayoría, dimensiones como relaciones sexuales y estructura
familiar tienen niveles importantes de valoración moderada y alta, indicando
factores de vulnerabilidad que requieren intervención integral.
Tabla 3. Nivel de violencia familiar según influencia en el riesgo de embarazo en las adolescentes que acuden a un establecimiento de salud del Distrito de La Arena, 2023.
Violencia |
Bajo n (%) |
Moderado n (%) |
Alto n (%) |
Total n (%) |
Baja |
36 (24,00%) |
21 (14,00%) |
20 (13,33%) |
77 (51,33%) |
Moderada |
20 (13,33%) |
9 (6,00%) |
7 (4,67%) |
36 (24,00%) |
Alta |
21 (14,00%) |
8 (5,33%) |
8 (5,33%) |
37 (24,67%) |
Total |
77 (51,33%) |
38 (25,33%) |
35 (23,33%) |
150 (100,00%) |
Rho de Spearman (rs) = -0,003; p = 0,974
No se evidencia una relación significativa entre los niveles de violencia familiar y el riesgo de embarazo adolescente (rs = -0,003; p = 0,974). Sin embargo, la distribución sugiere que incluso con violencia baja, persisten riesgos que no deben subestimarse.
Los resultados obtenidos revelan que más de la mitad de las adolescentes encuestadas perciben la violencia familiar como baja (51,3%). Sin embargo, un análisis más profundo por tipo de violencia indica que la violencia psicológica y sexual, aunque también son percibidas como bajas en su mayoría, son estadísticamente significativas como factores predictivos del embarazo adolescente.
Esta contradicción aparente baja percepción pero alta significancia estadística,
se explica por la naturalización de ciertas formas de violencia en contextos
rurales, donde muchas adolescentes no reconocen conductas violentas como tales,
debido a normas socioculturales arraigadas. Cruz (10), en un estudio realizado
en Sullana, identificó que un número importante de adolescentes había
experimentado violencia sexual sin reconocerla explícitamente. Esto se
relaciona también con el temor a la denuncia y la protección del agresor dentro
del núcleo familiar.
En cuanto a la violencia económica, un 32% de las participantes la calificó como
moderada o alta. Este tipo de violencia, aunque menos visibilizado, condiciona
fuertemente la autonomía de las adolescentes y limita su capacidad de tomar
decisiones sobre su salud sexual y reproductiva (11).
Al analizar los factores de riesgo de embarazo, más del 48% de las adolescentes
los perciben como moderado o alto, destacando los relacionados con violencia de
género y relaciones familiares deterioradas. Estos hallazgos coinciden con
estudios regionales y latinoamericanos que señalan cómo los entornos familiares
disfuncionales, la ausencia de figuras parentales y los estereotipos de género
influyen en el inicio temprano de la vida sexual y el embarazo en adolescentes
(8, 12).
Particularmente, la estructura familiar se muestra como un factor determinante:
más del 55% de las adolescentes viven solo con la madre, sin una figura paterna
presente. Esta situación ha sido reportada en estudios peruanos y paraguayos
como un elemento que incrementa la vulnerabilidad de las adolescentes frente a
embarazos no planificados (3).
Aunque no se encontró una correlación estadísticamente significativa entre
violencia familiar total y riesgo de embarazo (rs = -0,003; p = 0,974), sí se
identificó un modelo predictivo válido para los tipos de violencia psicológica
y sexual. La capacidad explicativa del modelo fue del 34,4%, lo que refleja un
peso considerable, aunque no determinante. Este hallazgo sugiere que, si bien
la violencia familiar no es el único factor involucrado, tiene una influencia
concreta sobre la conducta reproductiva de las adolescentes. Asimismo, Cerrón (14)
identificó que el 34,7% de las adolescentes encuestadas vivían en hogares
disfuncionales, y destacó que un entorno emocional inestable influye
directamente en el desarrollo personal, aumentando el riesgo de embarazo
durante la adolescencia.
Estos resultados respaldan la necesidad de fortalecer programas de prevención
de violencia y educación sexual integral desde la atención primaria, adaptados
al contexto cultural y económico de zonas rurales. Además, se debe reforzar la
identificación temprana de casos de violencia en los servicios de salud y
educación, así como capacitar a los profesionales en enfoques de género y
derechos.
En resumen, la discusión confirma que la violencia psicológica y sexual, enmarcadas
en contextos familiares complejos, actúan como detonantes importantes del
embarazo en adolescentes. Su abordaje integral, considerando tanto lo local
como lo estructural, es esencial para avanzar hacia la reducción de esta
problemática en el país y en la región.
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2. Baena G, Carmona J, Rengifo C. Proposal of intervention on family violence: an approach according to the function and sense of the violent phenomenon in family. Estud psicol (Campinas). 2020;37:e180104. https://doi.org/10.1590/1982-0275202037e180104
3. Benítez S, Ibarra S, Ruiz A, Espínola M, Páez M. Factores de riesgo relacionados al embarazo de adolescentes de 14 a 19 años de la Unidad de Salud San Gerónimo Salado, Limpio Paraguay en el periodo 2020-2021. Rev Cient Cienc Salud. 2022;4(2). https://doi.org/10.53732/rccsalud/04.02.2022.56
4. Bernardo J. Violencia contra la mujer y su relación con el nivel de autoestima en las habitantes del centro poblado de Huanja-Huaraz, 2017 [tesis de maestría]. Trujillo: Universidad César Vallejo; 2017 [citado 2025 mar 22]. Disponible en: https://repositorio.ucv.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12692/29605/bernardo_tj.pdf?sequence=1&isAllowed=y
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