Revista Internacional de Ciencias Sociales

ISSN 2955-8921  e-ISSN 2955-8778

Vol. 1, No. 1, Julio – Diciembre, 2022

Recibido: 09/08/22; Revisado: 12/09/22; Aceptado: 05/11/22; Publicado: 09/11/22

https://doi.org/10.57188/RICSO.2022.004 

 

 

 

Impacto del divorcio en la salud mental de los hijos

 

Jeymi C. Davis-Peña

Escuela de Psicología, Universidad Nacional de Tumbes, Tumbes, Perú

 

Editha L. Farias-Cruz*

Escuela de Psicología, Universidad Nacional de Tumbes, Tumbes, Perú

 

Romina P. Grillo-Zárate

Escuela de Psicología, Universidad Nacional de Tumbes, Tumbes, Perú

 

Elisa Blasco González

Universidad de Valencia, Valencia, España

 

 

Resumen

El presente artículo tiene como objetivo describir la afectación del divorcio en la salud mental de los hijos, lo cual repercuta negativamente las diversas áreas personales de los hijos; la investigación permitió acercarnos a una realidad latente en el contexto actual acerca del daño psicológico que padecen los hijos, cuando sus padres atraviesan el proceso de divorcio. El tema en mención es de suma importancia, ya que, se debe prevenir todo riesgo para con los hijos en este proceso, además los padres antes de tomar la decisión de divorciarse deben informarse para atravesar este proceso de manera adecuada.

 

Palabras Clave: impacto, divorcio, salud mental, hijos.

 

 

Impact of divorce on children's mental health

 

Abstract

 

This article aims to describe the impact of divorce on the mental health of children, which has a negative impact on the various personal areas of the children; the research allowed us to approach a latent reality in the current context about the psychological damage suffered by children, when their parents go through the divorce process. The topic in question is of utmost importance, since any risk to the children in this process must be prevented, and parents must be informed before making the decision to divorce in order to go through this process in an adequate manner.

 

Keywords: Impact, Divorce, Divorce, Mental Health, Children.

 

 

Impacto do divórcio na saúde mental dos filhos

 

Resumo

O objectivo deste artigo é descrever o efeito do divórcio na saúde mental das crianças, o que tem um impacto negativo nas várias áreas pessoais das crianças; a investigação permitiu-nos abordar uma realidade latente no contexto actual sobre os danos psicológicos sofridos pelas crianças quando os seus pais passam pelo processo de divórcio. O tema em questão é da maior importância, uma vez que qualquer risco para as crianças neste processo deve ser evitado, e os pais devem ser informados antes de tomarem a decisão de divórcio, a fim de passarem por este processo de uma forma adequada.

 

Palavras-chave: Impacto, Divórcio, Saúde Mental, Crianças.

 

1. Introducción

 

El presente artículo hace referencia al impacto que presenta el proceso de divorcio en la salud mental de los hijos. Para ello es fundamental conceptualizar el término divorcio, el cual hacer referencia a la ruptura del vínculo conyugal, acentuado por los tribunales en vida de los esposos, por demanda de uno de ellos o de ambos (Henry Mazeaud, 1959). Por lo tanto, puede definirse como la disolución del vínculo matrimonial, de modo que resulta la forma jurídica en la que el matrimonio es disuelto por medio de la sentencia que dictamine una autoridad competente, en el que se declara que el vínculo matrimonial queda disuelto; sea por petición de uno o ambos cónyuges (Rospigliosi, 2007). El divorcio puede y a la vez no ser una etapa devastadora para la familia, ya que cuando toman esta decisión cada miembro es participe de la misma y deberán tomar conciencia del proceso como pareja (Contreras, 2010).

 

Para los miembros del conjunto familiar, el proceso de divorcio, desde que se determina que se quiere llevar a cabo hasta el momento en el que se produce, puede suponer un impacto. Así mismo el término impacto hace referencia al momento que un objeto choca de manera violenta contra otro objeto, este choque siempre supone un tipo de alteración entre los objetos golpeados, sin embargo ese término suele utilizarse en otras situaciones cotidianas específicas, en la cual se hace referencia a algún tipo de choque que ocurre entre dos o más partes; también se puede hablar de impacto al referirse a situaciones que no implican un golpe entre dos cosas, sino el efecto que determinados fenómenos o sucesos tienen sobre alguna realidad o situación (Bembibre, 2010).

 

A pesar de ser los padres los principales afectados en este proceso; son los hijos quienes se encuentran en una situación más compleja; ya que desde que nacen y en el proceso de su crecimiento su pensamiento de pertenencia a una familia se ha basado en seguridad, comprensión, protección, apego positivo y cuidado proveniente de ambos padres; entonces al experimentar este proceso de divorcio se altera su estilo de vida, por ende las creencias que ha estructurado a lo largo de su vida; esto genera en los hijos un desequilibrio emocional y en casos más graves mental; que se manifiesta como bajo rendimiento académico, comportamiento disruptivo, así como conductas desadaptativas, irritabilidad, agresividad frecuente, inhibición, poca tolerancia, y el entorno social se aminora significativamente (Duarte et al., 2012).

 

Wallerstein et al. (2000; citado en Serrano, 2006), refieren que los hijos sean niños y/o adolescentes de familias divorciadas se muestran menos felices y no se adaptan con facilidad; así como también es probable que presenten problemas de salud. En algunos casos en los que alguno de los padres se volvió a casar, los hijos se muestran irritables, agresivos y suelen tener periodos de depresión, trastornos de aprendizaje y se les dificulta relacionarse con los pares. Es por ello por lo que los hijos en el proceso de divorcio requieren más ayuda psicológica, en comparación con los hijos que aún viven con sus padres juntos.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, el presente artículo tiene como objetivo general informar cómo se ve afectada la salud mental de los hijos, cuando los padres toman la decisión de iniciar el proceso de divorcio (Ramos-Ardila & Quintero-Lindarte, 2019).

 

2. Desarrollo

 

El divorcio es una de las experiencias más amargas, dolorosas y en muchas ocasiones traumáticas que los seres humanos pueden experimentar; es el proceso en el cual la pareja por diversos motivos razones o circunstancias toma la decisión de separarse legalmente y volver a estar solteros para luego poderse casar más adelante (Vallejo Orellana et al., 2004).

En la perspectiva sistémica, el divorcio puede comprenderse como un fenómeno de correspondencia que implica a todos los miembros de la familia, quienes, acto seguido a la fragmentación familiar, se encuentran desestabilizados en su desarrollo personal (Serrano, 2006).

Así mismo, partiendo de esta perspectiva, se puede decir que el divorcio es el resultado de una serie de interacciones e intercambios disfuncionales las cuales pueden haber surgido en el pasado, o generarse en el presente. Las consecuencias generadas a consecuencia de ello serán negativas y perjudiciales en la relación de ambos cónyuges, sea a nivel cognitivo como pragmático y emocional, lo que dificulta el bienestar de la persona (Brik & Cuellar, 2017).

En base a la terapia sistémica (Diaz, 2019) se resalta que la familia es un sistema particular, por ello los efectos del divorcio de una, no tienen comparación con otras familias. Esto se debe a que cada miembro de una familia reacciona de manera diferente a miembros de otra familia, así como también el entorno de cada familia se ve afectado de forma distinta.

 

Por tanto, con todo esto se puede determinar que el divorcio es un proceso difícil de asimilar en algunas ocasiones; por ello a la mayoría de los cónyuges se les dificulta mucho llegar a tomar la decisión de divorciarse legalmente y separarse sentimentalmente. Esto genera que se busquen diversas estrategias para tratar de alcanzar soluciones a nivel familiar con el propósito de evitar tomar esa dolorosa decisión. (Familia, 2021).

A pesar de ello, es frecuente observar como en la mayoría de las ocasiones la situación vivida, los sentimientos experimentados y los diversos motivos que se exponen en ese momento, reafirman la decisión de divorciarse por parte de ambos cónyuges o en uno de ellos. De este modo, se aprecia como en muchas ocasiones la decisión se lleva a cabo teniendo una perspectiva de superación y búsqueda de bienestar y salud mental de los miembros de la familia; por el contrario, en otras situaciones se determina la decisión con fines perjudiciales hacia la otra persona (Padilla, 1979).

Es importante tener en cuenta que el impacto negativo que el divorcio tiene sobre los hijos no se genera solamente por la separación o ruptura propiamente dicha, ya que también tiene que ver la exposición que tienen los hijos en todo el proceso cauteloso y prolongado de animosidad (Díaz, 2019).

El incremento de los divorcios en la actualidad se puede deber a múltiples variables. No obstante, lo que se puede afirmar es que en los casos en los que el matrimonio se ve afectado y pueden producirse discusiones se busca un beneficio en los hijos a través de la separación antes de que se vean afectados por los conflictos (Papalia et al.,2005). Y por último en la actualidad se teoriza que hay un aumento de los divorcios debido a que estos generan que se produzcan más casos, por ello es muy probable que los hijos con padres divorciados en un futuro también se divorcien (Gómez Sánchez et al., 2020).

Desde la perspectiva del autor Serrano (2006), refiere que el divorcio es causado por la secularización del mundo moderno, es decir, que en la actualidad hay más libertad y por ello también es más factible que se pongan en manifiesto diversas cuestiones, entre ellas la indisolubilidad del matrimonio. Con esto, el factor individualismo como forma de vida actual ha generado que el divorcio se conciba como posibilidad antes de lo que se habría hecho en tiempos anteriores, y esto provoca que cada ser humano se fundamente, y piense en la libertad de cada uno, pudiendo hacer lo que considere más conveniente en su vida personal. Finalmente existe y se resalta la reivindicación del derecho a la felicidad, lo que quiere decir que cada persona tiene derecho a ser feliz como quiera serlo (Muñoz, 2005).

 

Por su parte, cuando los cónyuges se divorcian deben tener presente las consecuencias que acarrean y quienes son los más afectado psicológicamente en el núcleo familiar cuando se da basado en el conflicto y tiene como prioridad romper el vínculo matrimonial. Principalmente cuando se desarrolla dejando de lado el impacto de este en la salud mental de los hijos, o se opta por esperar la edad adecuada para que se pueda dar este proceso, sin embargo, no hay una edad idónea para asumir el proceso de divorcio, ya que la importancia fundamental recae en la forma en la que se desencadena el proceso (Armendariz, 2002).

En este proceso se hace presente la sensación de pérdida en la pareja y en los hijos; aunque la relación haya sido difícil de llevar y llena de conflictos. La familia es el principal factor de protección, generador de apegos y soporte para los hijos; y cuando se hace presente el proceso de divorcio se desencadena una serie de cambios conflictivos en el sistema familiar.

Cabe destacar que hay diversas situaciones en las que la convivencia entre los cónyuges ya no es tolerable, creando un clima familiar inestable y perjudicial a consecuencia de los distintos conflictos que se presentan reiteradamente y que se van presentando de forma cada vez más intensas.  Estas situaciones generan una alteración en la estabilidad psicológica de los cónyuges y los hijos, llegando a generar situaciones extremas, en las que la vida y la integridad de alguno de ellos están en peligro. Cuando esto sucede el divorcio es la mejor opción, ya que representa una solución de carácter definitivo o temporal en una ocasión limite (Vallejo Orellana et al., 2004).

El proceso de divorcio muchas veces parece sencillo, sin embargo, no es fácil para una pareja casada tomar la decisión de terminar su matrimonio y divorciarse. En varias ocasiones antes de que se de este proceso, los cónyuges realizan varios intentos con la finalidad de resolver los problemas que se presentan en el matrimonio, todo ello por un periodo de tiempo largo (Bolaños, 1998).

Sin embargo, lamentablemente muchas veces no encuentran la solución más adecuada a sus problemas, por lo que deciden que divorciarse es la mejor opción. En algunos casos se observa cómo es uno de los cónyuges en que quiere presentar sentencia de divorcio, mientras que en otros ocurre con ambos. En estos casos sucede generalmente debido a que ambos padres experimentan sentimientos de desilusión porque su matrimonio no fue duradero (Guanga, 2010).

Asimismo, cuando el proceso se pone en marcha, los hijos sean niños y/o adolescentes viven la ruptura y las consecuencias ocasionando en ellos estrés significativo de su existencia (Pallares-Guillen, 2017). Se han visto en diversos casos que el pensamiento de los padres que pasan por este proceso de divorcio es que hacen lo mejor por sus hijos, y que así estarán bien, sin embargo, la realidad indica que los hijos son los que presentan signos intensos y persistentes a nivel afectivo, e incluso problemas de conducta (Serrano, 2006).

Cuando se da este proceso de divorcio, la estructura familiar entra en un momento crítico de afrontamiento, ya que todo ello significa reestructurar todas las funciones, los roles que realizaba cada integrante de la familia en su estructura; además, se añade la tarea de buscar soluciones a los conflictos que se den por este proceso de divorcio, esto puede darse desde una dinámica colaborativa, es decir, cuando los integrantes de la familia son cooperativos en este proceso y tratan de aminorar sus efectos; así como puede darse desde una dinámica destructiva, es decir, cuando la comunicación se dificulta y se busca la alienación de uno de los padres; todo ello tiene consecuencias en la estructura familiar y en la sociedad (Beyebach, 2009).

De la misma manera, el proceso de divorcio no implica solamente la separación de los padres, sino va mucho más allá de una situación conflictiva de pareja, ya que esta situación como se ha mencionado con anterioridad afecta significativamente a los hijos. Puesto que el sentirse parte de un sistema familiar contribuye a que el menor presente un mejor desarrollo mental, físico e intelectual, así como también contribuye a que se relacionen y se adapten de manera adecuada. En este momento es cuando se fragmenta y destruye el sentirse parte de un sistema familiar, ocasionara un desequilibrio emocional, mental e intelectual, así como también generara en ellos sentimientos de culpa, tristeza e importancia, ya que ellos no pueden lograr estructurar nuevamente lo que les perteneció (Giraldo, 2020).

Cabe mencionar que el divorcio en la actualidad se ha convertido en un acontecimiento habitual dentro de la sociedad, así como también un factor significativo de perturbación en quienes viven este proceso. Cabe destacar que el divorcio afecta en gran manera a los cónyuges por la separación que ocurre y por el hecho de enfrentarse a los cambios requeridos en su nuevo estilo de vida y en su economía. Sin embargo, las afectaciones en los hijos son significativas, pudiendo decir que es una de las partes más perturbadas en este proceso, esto se basa en que gracias a diversas y amplias investigaciones a lo largo del tiempo comprueban que los niños y/o adolescentes se ven afectados en su salud mental. Esto se debe a que los menores se ven obligados a enfrentar sentimientos de miedo y angustia, ya que cuando perciben y se dan cuenta que el mundo y entorno que le brindaba seguridad y protección cambia. Así experimentan sentimientos de temor al sentir que no son capaces de adaptarse de manera adecuada a su nuevo mundo, también porque piensan que la separación de sus padres en un futuro les causara mucho dolor, esto influye mucho en la autopercepción del menor, ya que es posible que experimenten la sensación de sentirse vacíos y no pertenecientes a una familia (Pando, 2016).

En relación con lo anterior, se considera importante mencionar los factores protectores y de riesgo que se originan en el proceso de divorcio, poniendo mayor énfasis en aquellos que se vinculan con la estabilidad de la salud mental de los hijos sean niños y/o adolescentes (Duarte et al., 2012).

Como se ha mencionado con anterioridad los hijos son los que más se ven afectados en este proceso de divorcio, por ende, lo manifiestan reaccionando de diversas maneras. Así tenemos que se desencadena una bajada del rendimiento escolar, dificultades a nivel emocional, incluyendo aquí, ansiedad, miedo o depresión, problemas conductuales, disminución del autoconcepto y presencia de dificultades a nivel de habilidades y relaciones sociales (García-Pérez, 2018). Por su parte, sabemos que la reacción de cada niño y/o adolescente es diferente, pero hay una similitud cuando estamos en el contexto del proceso de divorcio, ya que la concepción que tenían de sí mismos disminuye y las emociones que expresan se intensifican (Seijo Martinez et al., 2014).

La emoción más común y frecuente que experimentan los hijos en el proceso de divorcio e incluso después del mismo es la tristeza. Vallés y Vallés (2000), refieren que la tristeza forma parte de las emociones e incluye sentimientos de desánimo, apatía, la persona se siente sola, abatida, siente desconsuelo, melancolía, pesimismo, etc. Una persona está triste cuando pierde la motivación y el interés en realizar actividades que antes las realizaba satisfactoriamente, ve el lado negativo de las cosas y evita el esfuerzo físico (Martínez, 2014); Sin importar la emoción anticipada que los hijos manifiesten en este proceso, siempre se encuentra presenta un inmenso dolor, llegando al extremo que la tristeza causada por la separación de los padres domine la vida del menor (Beyebach, 2009).

Así mismo, otra emoción que con frecuencia se hace presente en el menor cuando atraviesa por el proceso de divorcio de sus padres es el sentimiento de abandono y aislamiento (Méndez Carranza, 2013). Esto se hace presente cuando el menor presenta temor intenso al pensar que con la separación de sus padres tiene que valerse por sí mismo y en el momento que uno de los padres se separe físicamente de los hijos tendrá pensamientos relacionados al abandono ya que deduce que el padre o madre que se quede con el menor también lo abandonará. Al mismo tiempo, surgirán sentimientos se soledad y confusión, en especial cuando los padres se comprometen con otras personas; también el menor se verá expuesto a ser centro de burla en la escuela o medio que se relacione con mayor frecuencia, generando que se aísle de su entorno y su círculo de amigos se vea reducido (Marin, 2010).

Otro problema que se presenta con mayor frecuencia en el proceso de divorcio es la confusión y desorientación, que se da cuando el menor es incapaz de entender los cambios que se efectúan en su familia y al no entender optan por sacar una variedad de conclusiones las cuales la mayoría son erróneas y negativas (Méndez, 2013). Se debe tener claro que la vida del menor se mantiene en torno a la familia, ya que desde su nacimiento es a lo que se ha ido adaptando con el paso del tiempo y es todo lo que conoce como familia y cuando los padres toman la decisión de separar sus vínculos es un cambio inesperado y superior para su comprensión (Guerrero, 2005).

Existe un error muy común que se da cuando la familia se disuelve y ocurre el divorcio, esta es la inserción de comentarios inadecuados hacia el menor por parte de los excónyuges. En la mayoría de los casos, cuando el menor vive con uno de sus padres y en cierto tiempo frecuenta al otro, los padres comienzan a emitir comentarios negativos uno del otro. Por ejemplo, esto se observa cuando la madre le dice al menor que no le gusta que pase tiempo con su padre o viceversa, también cuando un padre realiza comentarios hirientes y desvalorizados hacia el otro delante de los hijos o, cuando al menor lo ponen en situación de guardar secretos uno del otro y le dan a elegir al menor a que padre prefiere. Todas estas situaciones en las que el niño se ve envuelto generan sentimientos desgarradores y ocasionan un desequilibrio mental y emocional en el menor, reflejándose en su conducta mayormente siendo más agresivo, evitativo o en el aprendizaje académico se ve limitado o falta de interés en ello (Novo et al., 2003).

A esto se le agrega el conflicto de lealtad que se presentan en los hijos cuando sus padres están en proceso de divorcio o cuando ya atravesaron este proceso y están divorciados.

No obstante , cuando ocurre el divorcio en una familia los hijos se ven en la necesidad de seguir teniendo el amor y el cariño de sus padres, por ello encubren a los padres para mantenerse cerca a ellos, sintiéndose presionados. Así los menores se ven envueltos en una dinámica familiar en la que si son leales hacia uno de sus padres significa ser desleal hacia el otro, es decir, si no toman partido por alguno de ellos se sentirán aislados y desleales, pero por el contrario si se involucran para tener el amor y la atención de sus padres, sentirán que traicionan a uno de sus padres (Yagüe Castaño, 2022).

Partiendo de lo anterior es importante resaltar que el mensaje que los hijos reciban de los padres en relación con el proceso de divorcio que atraviesan debe ser el adecuado para evitar alteraciones en los menores, en especial el mensaje acerca de la culpa del divorcio, ya que en diversas investigaciones se afirma que los hijos se imponen la culpa de la disolución de los padres y por ello reaccionan de manera más intensa y negativa (Gómez Sánchez, 2020).

Caplan (1993), refirió que los padres que atraviesan el divorcio deben persistir en trasmitir al menor mensajes asertivos, librándolos de todo tipo de culpa. Por ejemplo, el divorcio es una situación que le compete a los adultos, no tiene culpa alguna el menor, esto hará que se aminore el riesgo de culparse. También se debe mencionar al menor que no hay nada que pueda realizar para que los padres vuelvan a estar juntos y que a pesar de los cambios que se atraviesan los padres siempre serán sus padres y el amor de los padres a hijo va a persistir a pesar de todo (Rodríguez, 2015).

El proceso de divorcio en la mayoría de los casos destruye significativamente el mundo de los hijos, desmoronando el mundo lleno de seguridad y protección que tenían; en algunos casos los hijos se ven forzados a reemplazar el cónyuge que falta. De este modo se observa como el menor se sienten con el deber que brindar compañía al padre con el que vive, salta etapas imponiéndose responsabilidades superiores a las que corresponde en su edad. Es por todo ello, que muchos niños con padres divorciados se pierden la oportunidad de disfrutar como se debe de su niñez (Poveda et al., 2020).

El miedo se hace presente en el divorcio, y es una de las principales reacciones que experimentan los niños, ya que se llenan de temor a que el padre que vive con él lo abandone; una vez pasado el proceso de divorcio la necesidad de seguridad del menor se incrementa y es insatisfecha, esto hace posible que los niños se llenen de miedo e inseguridad, mayormente también se hacen presente diversos miedos en el nuevo estilo de vida del menor (Sarti, 2018).

Así se observa la presencia de miedo a dormir solo o quedarse solo en casa, ya que, al existir la ausencia de un padre, el menor se siente menos protegido e inseguro, es por ello por lo que cuando esto ocurra el padre que vive con él, debe prestar el doble de atención a como lo hacía antes, mostrar mayor afectividad para con el menor acariciándolo con actos y con palabras, esto con la finalidad de brindarle seguridad y protección necesaria (Sarti, 2018).

También se observa miedo a ir a la escuela, se da por la creencia que fue abandonado por uno de sus padres. Es por ello por lo que al momento de ir a la escuela mayormente piensan pasar tanto tiempo separados los van a abandonar. Cuando el niño está completamente seguro de ser realmente aceptado por sus padres y de que nunca será abandonado por ellos podrá asimilar posibles temores a la separación (Jaen, 2022).

Además, cuando el padre niega muchas cosas al menor, se llama el uso exagerado de la palabra “NO”, esto limita el desarrollo del menor; y en la mayoría de los casos los hijos ya no se sienten apoyados por sus padres y esto empeora la adaptación del menor en el proceso de divorcio (Familia, 2021).

En el momento que los padres se encuentran divorciados, los hijos experimentan con mayor frecuencia el miedo a ser rechazados por diversos motivos como ser víctimas de burla de sus compañeros de la escuela, por la falta de atención de los padres, ya que en ocasiones tiene que trabajar el doble para sustentar la ausencia económica del padre ausente, y la falta de comunicación entre padre e hijo (Muñoz et al., 2008).

Los niños expresan el deseo de recibir la mayor atención y buscan ser reconocidos por sus padres para sentirse más seguros, cuando esto no ocurre los menores adoptan un tipo de conducta agresiva que intenta ocultar un inmenso miedo a ser rechazados (Duarte et al., 2012).

Frente al desorden emocional que se produce en los hijos por la separación de los padres, las reacciones de estos son diversas y dependen de la gravedad de la situación. En el divorcio la constante más utilizada por los hijos es rehuir enfrentarse con el problema, es decir sienten que la situación es tan dolorosa que el divorcio es su única salida (Cortés, 2019).

Resulta conveniente destacar que, para rehuir el problema, el menor hace uso de un mecanismo de defensa que es la represión, por medio de ello va a eliminar del plano consciente de su vida psíquica, esos problemas emocionales que no tolera o no soporta. Sin embargo, lo único que se logra es desplazar esos conflictos de lo consciente a lo inconsciente, sin embargo, esos sentimientos negativos siguen generando conflictos en el interior a lo que se llama tensión emocional (Martínez, 2010).

Como ya se ha visto anteriormente el divorcio afecta mayormente a los hijos, entonces podemos afirmar que el descontrol emocional que se genera en los hijos producto del proceso de divorcio es muy significativo, por otra parte, cuando se da en la etapa de la niñez o la pubertad, aunque de igual manera afecta en gran manera a los adolescentes y adultos (Gómez Sánchez, 2020).

Por último, se presenta el síndrome de alienación parental que se observa mayormente cuando los niños atraviesan el proceso de divorcio de sus padres inadecuadamente. (Maida et al., 2011), mencionaron que es un trastorno presentado mayormente en la niñez y ocurre por una disputa de custodia del menor, se evidencia principalmente por la campaña de denigración que realiza el menor hacia uno de sus padres, a quien en el pasado lo quería, con el fin alejarlo de su persona.

Vilalta y Winberg (2017), menciona que ocurre cuando el hijo rechaza y critica de manera reiterada a uno de sus padres, destacando que todas aquellas críticas que ejecuta suelen ser injustificadas y muy exageradas, es decir, el menor se refiere hacia su padre rechazado despectivamente sin experimentar ni vergüenza ni culpa al hacerlo.

Así mismo, Vilalta y Winberg, (2017), enfatiza que en el SAP (Síndrome de Alienación Parental (en adelante SAP), uno de los padres incita o programa a su menor hijo para que exprese rechazo hacia el otro padre, en todo ello se incluye la modificación de pensamiento por parte del adulto, ya que el menor debe realizar sus propias aportaciones al rechazo. Ante todo, de forma evidente debe haber un descarte durante la evaluación que tiene el menor de la existencia de algún tipo de maltrato real, para que se pueda determinar un SAP.

El padre o madre que esta “programando” al menor provoca que el vínculo que tenía con el padre rechazado se destruya por completo, dicha destrucción en algunos casos, dura por un periodo de tiempo largo, incluso toda la vida. En la mayoría de los casos el progenitor que alinea al menor suele ser la madre, ya que por lo general es ella quien vive con el menor, lo que facilita el desarrollo de este síndrome; así existen casos que se da lo contrario, logrando que se quite la custodia al progenitor con el que el menor convivía (De la Cruz, 2008).

3. Conclusiones

 

·        El primer sentimiento que suele experimentar el menor es confusión y desorientación comienzan a surgir las dudas sí la separación de sus padres está relacionada con lo que sienten por él.

·        Los sentimientos de abandono y miedos se hacen presente en el niño tanto durante como después del proceso divorcio estos sentimientos van acompañados frecuentemente de tristeza y aislamiento del menor además de una alteración en el rendimiento académico.

·        Se presenta un descontrol emocional significativo producto del proceso divorcio la emoción de la tristeza desencadena varios sentimientos como apatía desánimo pesimismo lo que se ve reflejado en su entorno social y desarrollo académico.

·        El síndrome de alienación parental puede también estar presente como producto del proceso divorcio en el cual se produce un rechazo programado por el progenitor encargado del menor hacia el otro progenitor ocasionando el rompimiento del vínculo padre e hijo.

 

 

4. Recomendaciones

 

·        Se recomienda que el director o directora del Centro Emergencia Mujer de Tumbes (CEM) con apoyo psicológico, brinde y priorice charlas a los padres que atraviesan o piensan en atravesar el proceso del divorcio para priorizar la salud mental de los hijos y llevar un proceso adecuadamente en beneficio a los menores.

·        Se recomienda al director o directora del Centro Emergencia Mujer de Tumbes (CEM) con apoyo de un especialista en salud mental planifique y ejecute talleres en beneficio a los menores hijos que atraviesan el proceso de divorcio o van a atravesar el proceso de divorcio, para que el impacto sea mínimo y pueda darse un proceso adecuado de divorcio.

·        Se recomienda al director o directora del Centro de desarrollo integral de la familia de Tumbes (CEDIF) brinde orientación psicológica a las familias que atraviesan o tomaron la decisión de atravesar el proceso de divorcio, con la finalidad de realizarlo adecuadamente sin dañar física ni emocionalmente a los menores hijos.

·        Se recomienda al director o directora del Centro de desarrollo integral de la familia de Tumbes (CEDIF) que, con apoyo psicológico, planifique y ejecute talleres relacionados a la adaptación adecuada de los hijos en el proceso del divorcio, con la finalidad de brindar soporte emocional y orientación a los menores hijos.

 

 

5. Limitaciones

 

·        Al llevar a cabo el presente artículo científico se logró identificar las siguientes limitaciones:

·        La falta de estudios previos de investigación sobre el tema, los cuales permiten fundamentar la importancia del impacto del divorcio en la salud mental de los hijos.

·        Al momento de citar a los autores en el artículo científico, se presentaban ciertos inconvenientes, debido a que en ocasiones los apellidos y nombres de los autores son comunes.

 

6. Referencias

 

Armendariz, L. S. (2002). El divorcio y su repercusión en las áreas psicológicas, académica y social en niños de 6 a 11 años, de la ciudad de Saltillo Coahuila. (Tesis de Maestría), Universidad Autónoma de Nuevo Leon.

Bembibre, C. (Septiembre, 2010). Definición de Impacto . Obtenido de Definción ABC: https://www.definicionabc.com/general/impacto.php

Beyebach, M. (2009). La repercusión sobre el menor de los procesos de ruptura matrimonial: aspectos emocionales y relacionales. Universidad Pontificia de Salamanca.

Bolaños, I. (1998). Conflicto familiar y ruptura matrimonial. Psicología Jurídica de la familia, 2.

Contreras, M. d. (2010). Derecho de familia y sucesiones. En M. d. Contreras, Derecho de familia y sucesiones (pp. 65-66). Nostra Ediciones S. A. de C. V.

Cortés, R. R. (22 de Julio de 2019). Divorcio y consecuencias psicológicas para los menores. Obtenido de Psquion: https://www.psiquion.com/blog/divorcio-consecuencias-psicologicas

De la Cruz, A. C. (2008). Divorcio destructivo: cuando uno de los padres aleja activamente al otro de la vida de sus hijos. Diversitas: Perspectivas en psicología, 4(1), 149-157.

Bril, E. & Cuellar, B. (31 de Enero de 2017). El Divorcio desde la Terapia Familiar Sistémica. Obtenido de Instituto de Psicoterapia Familiar Sistémica y Adicciones.

Díaz, A. (2019). Una mirada sistémica a la familia en proceso de separación o divorcio: efectos socioemocionales en el menor. Fundación Universitaria Del Área Andina

Duarte, J. C., Arboleda, M. & Díaz, M. D. (2012). La Consecuencia del Divorcio en los hijos . Psicopatología clínica, legal y forense , 48-49.

Muñoz, A. (2005). Factores relacionados con la adaptación emocional después del divorcio. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 3(1), 349-360.

Familia, S. M. (2021). Guía para familias en situación de separación o divorcio. España: Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

Fernández., A. Y. (15 de Agosto de 2019). Los niños no se divorcian. Obtenido de La mente es maravillosa: https://lamenteesmaravillosa.com/

García-Pérez, J. (2018). El hijo de padres separados o divorciados. Pediatría integral, 22(4), 165-171.

Giraldo, K. D. (2020). Separación marital, interpretación y percepción del rendimiento académico de los hijos. Universidad EAFIT.

Gómez Sánchez, C., Lopera Vanegas, E. & Rodríguez Bustamante, A. (2020). Separación conyugal, efectos en la salud mental de los hijos. Poiesis, 38, 108-129. https://doi.org/10.21501/16920945.3557

Guanga, M. C. (2010). Factores que influyen en el divorcio y cómo éste afecta a los hijos. . Universidad de Cuenca: Facultad de Psicología.

Guerrero, D. C. (2005). Consecuencias del divorcio parental en el adolescentes: Una perpesctiva biopsicosocial. Universidad de la Sabana.

Henry Mazeaud, L. (1959). Lecciones de Derecho Civil. Europa-América.

Jaen, J. R. (2022). El incremento en los niveles de estrés en hijos de padres divorciados de familias pertenecientes al nse d de la ciudad de lima metropolitana. Universidad San Ignacio de Loyola, 27-28.

Maida, S.A., Herskovic, M.V. & Prado A. B. (2011). Síndrome de alienación parental. Revista Chilena de Pediatría, 82(6), 485-492. https://www.revistachilenadepediatria.cl/index.php/rchped/article/view/2818

Marin, M. A. (2010). Divorcio conflictivo y consecuencias en los hijos: implicaciones para las recomendaciones de guarda y custodia. Papeles del Psicólogo, 31(2), 183-190

Martínez, A. (2014). Tristeza, depresión y estrategias de autorregulación en niños. Tesis Psicológica, 2(1), 35-47. Recuperado a partir de https://revistas.libertadores.edu.co/index.php/TesisPsicologica/article/view/166

Méndez Carranza, R. A. (2013). Efectos psicológicos producidos por la desintegración familiar que presentan los jóvenes de 12 a 15 años de ambos sexos del centro de desarrollo integral ubicado en colonia majucla de cuscatancingo. Universidad de El Salvador.

Muñoz-Ortega, M. L., Gómez-Alaya, P. A. & Santamaría-Ogliastri, C. M. (2008). Pensamientos y sentimientos reportados por los niños ante la separación de sus padres. UNIVERSITAS PSYCHOLOGICA, 7(2), 347-356.

Novo, M., Arce, R. & Rodríguez, M. J. (2003). Separación conyugal: consecuencias y reacciones postdivorcio de los hijos. Revista Galego-Portuguesa de Psicología y Educación , 10(8), 197-204.

Padilla, D. A. (1979). Aspectos psicosociales del divorcio . Revista médica Honduras, 47, 99-103. https://revistamedicahondurena.hn/assets/Uploads/Vol47-3-1979-6.pdf

Pallares-Guillen, L. F. (2017). Consecuencias psicológicas en niños y niñas tras la separación o divorcio de los padres en Colombia. Universidad cooperativa de Colombia.

Pando, M. F. (2016). Las víctimas inocentes de la separación o divorcio. consecuencias en los hijos/as. Escuela Vasco Navarra de Terapia Familiar.

Papalia, D., Wendkos, S. & Duskin, R. (2005). Desarrollo psicosocial en la edad adulta intermedia. Desarrollo humano. McGraw Hill.

Poveda, M. J., Rojas, E. R. & Bordonaba, L. A. (2020). Repercusiones psicológicas del divorcio en la infancia y adolescencia. XXI Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría, Psicología y Enfermería en Salud Mental, 3-8.

Ramos-Ardila, A., & Quintero-Lindarte, R. (2019). Implicaciones de la separación en hijos de padres separados. Universidad Cooperativa de Colombia.

Seijo Martínez, D., Fariña Rivera, F. & Novo Pérez, M. (2014). repercusiones del proceso de separación y divorcio. recomendaciones programáticas para la intervención con menores y progenitores desde el ámbito escolar y la administración de justicia. Publicaciones, 32, 199-218. Recuperado a partir de https://revistaseug.ugr.es/index.php/publicaciones/article/view/2331

Vallejo Orellana, R., Sánchez-Barranco Vallejo, F. & Sánchez-Barranco Vallejo, P. (2004). Separación o divorcio: Trastornos psicológicos en los padres y los hijos. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, (92), 91-110.

Vallés, A. & Vallés, C. (2000). Inteligencia emocional: aplicaciones educativas. EOS

Rodríguez, P. G. (2015). Consecuencias del divorcio en la niñez y la adolescencia, desde la perspectiva de los adultos en la ciudad de san pedro sula, cortes, honduras. Universidad De San Carlos De Guatemala,

Rospigliosi, E. V. (2007). Divorcio y separación de cuerpos. Editora Jurídica Grijley E.I.R.L.

Sarti, L. F. (2018). Emociones en hijos de padres separados o que están en proceso de divorcio en la procuraduría de los derechos humanos, sede central. Universidad Rafael Landívar, 11-16.

Serrano, J. A. (2006). Impacto psicológico del divorcio sobre los niños. Revista de Psicología UCA, 2(3), 4-23.

Yagüe Castaño, R. (2022). Desigualdad de género en la contratación a tiempo parcial. Universidad de Valladolid

Caplan, G. (1993). Prevención de los trastornos psicológicos en los hijos de padres divorciados. En: Caplan, G. Aspectos preventivos en salud mental. Barcelona: Paidós

Vilalta, R., & Nodal, M. W. (2017). Sobre el mito del síndrome de alienación parental (SAP) y el DSM-5. Papeles del psicólogo, 38(3), 224-231.

 

Cómo citar: 

Davis-Peña, J.C., Farias-Cruz, E.L., Grillo-Zárate, G.R & Blasco González, E. (2022). Impacto del divorcio en la salud mental de los hijos. Revista Internacional de Ciencias Sociales, 1(1) https://doi.org/10.57188/RICSO.2022.004